CARTA A MI QUERIDO: texto 2014

Hace varios días que leo y leo tus conversaciones en Facebook para entender por qué es que debería creer que me amas tanto como dices. Quiero comprender por qué entonces no te interesa tener faltas ortográficas cuando chateamos. ¿Es que tal vez no te importo lo suficiente? Yo no quiero que pienses que eres uno más al cual le hablo sin tildes. Yo quiero que sepas que soy fina.

Sin embargo, debo confesar que ayer en medio de mi borrachera pensé en ti y en cuánto me gustaba verte llegar. Nunca me ha interesado ver como se viene nadie. Me gusta que estés a mi lado, que me mires dormir y que veas como babeo.

Cuando siento amor, siento deseo y comienzo a masturbarme. Eso me quita mucho tiempo, estoy perdiendo plata por tu culpa.  Excitándome mientras veo como caminas, ni que te menearas como hembrita, ¿qué me pasa? ¿Tú crees que es normal? Yo te lo digo, es anormal cómo me dejas de mojada. Seguro que quieres que te diga más. Sé que te encanta saber que solo tú estás en mi cabeza cuando tengo hambre.

Pero la verdad es que mi mente es demasiado promiscua y cualquier machista como tú creería que soy hombre. Nunca me quise creer mejor que nadie, pero mejor mujer que yo para ti, no existe.

No obstante, la superioridad puede comenzar a aburrir bastante. Sobre todo porque últimamente nos venimos siempre a la vez y se está perdiendo el encanto. No entiendo por qué te tiene que costar tanto usarme. No tienes que hacerte el mosquito muerto. Sé que en el fondo me quieres hacer doler bastante. Quiero que de una vez entiendas que si no te excedes un poco, nunca lograrás tranquilizarme.

Me encanta que me lo hagas cuando recién te levantas porque hueles a que nada te importa. Me encanta tu olor a animal, tu olor a caballito de mar, tu olor a wantan. Cuando te aguantas hueles más fuerte. Déjame torturarte.

No vuelvas a intentar mirar por la ventanita del baño mientras estoy meando. Cuando haces eso se me quitan las ganas de coger en todo el día y ni poniéndomela en la cara me convencerías. Si quieres estar conmigo, debes saber que siempre terminarás haciendo lo que yo diga. Y que tiene que gustarte perder, si no saldrás perdiendo.

Hazme sentir como una pececita escurridiza, empapada y pequeña. Atrápame, convénceme, inúndame, protégeme, engríeme. Hazme tuya todas las noches por placer, las mañanas por obligación, las tardes por instinto y las madrugadas por amor.

Share